Katherine V. Blois ╳ ID

two faces, same coin

Katherine Vittoire Blois

FÍSICO

Lo primero que llama la atención de Katherine es su cabello. Y es que sí, esa larga maraña rebelde y pelirroja (aunque naranja es la palabra clave) es como un cartel de neón que dice ¡aquí está Kat! Son contadas las ocasiones en que lo lleva suelto, pues le estorba bastante... alguien incluso le ofreció recortarlo y la chica, casi espantada, declinó la invitación. A pesar de verse así de salvaje, es sorprendentemente agradable al tacto.  

Dicen que los ojos son la ventana del alma, y Katherine es un claro caso de eso. En su estado natural, sus ojos son vívidos y expresivos, enormes como los de los niños. Cuando Cassidy aparece, la gente puede jurar que el brillo en su mirada se vuelve más agudo, confiado. Incluso, hay quienes aseguran verlos más oscuros.

Es de contextura delgada, menuda, y de un orgulloso metro sesenta justo. No tiene una figura de escándalo que hace que la gente se volteé a mirarla, es alguien más de curvas y rasgos agradables. Suaves. Es de manos pequeñas y delicadas, flexibles gracias a sus estudios de piano.

PSICOLOGÍA

Intentar entrar en la cabeza de Katherine es cómo intentar abrir una mamushka que se encuentra sellada por dentro. Sabes que hay otra muñeca en el interior, y si bien la primera te concede la entrada a su psique, la otra se niega a hacerlo.

¿La otra? te preguntarás. Así es, pero esto requiere una explicación: Kat padece de un trastorno de identidad disociativo, o cómo se lo conoce comúnmente en el campo psiquiátrico, trastorno de personalidad múltiple. Katherine, con su personalidad, defectos y virtudes, alberga dentro de sí otro ente, con su respectiva identidad propia. Si se quiere describir a la chica en su totalidad, es necesario describir ambos polos.

A primera vista, Katherine se ve ridículamente inofensiva. Más de un interno ha alzado una ceja al verla deambular por los pasillos en su tiempo libre, preguntándose en silencio qué diablos hace en el hospital.

Kat, en su esencia natural, es curiosa e infantil. Lo cual al lleva a comportarse de una manera que muchos calificarían como "falta de juicio" Es capaz de irle a hablarle a alguien de la nada sólo porque le ha llamado la atención. ¿Un psicópata, un enfermero, un profesional? A la chica no le interesa, si tiene el impulso de hacer algo lo hará. A veces podrá pecar de indiscreta haciendo una pregunta brusca, o sorprender con una honestidad brutal que no tiene una pizca de maldad. Sus acciones son desconcertantes cómo para buscarles una razón. Sin embargo, siempre es cordial y bastante risueña.

Muy educada. Con modales extrañamente rígidos, especialmente a la hora de comer. No porque ella sea una señorita, sino más bien por la agotadora niñez que tuvo. Pulcra y ordenada, no se lleva muy bien con el desorden.

Kat resulta encantadora hasta el momento en que una situación la sobrepasa, la estresa, la amenaza o simplemente no sabe como reaccionar. Especialmente ante una agresión física o verbal. Aquí, hay un quiebre en su psique, y emerge como un mecanismo de defensa su otro yo: Cassidy.

El polo opuesto, la chispa dentro de ella. Cassidy es casi una sociópata. Carismática, audaz y con una facilidad alarmante de hacer que la gente crea en sus palabras. Una narcisista, manipuladora y mentirosa compulsiva. A ella no le importa nadie más que ella, y hará lo posible por conseguir su meta, sin importarle a quienes tenga que destruir en el camino. Hedonista, caprichosa y con un sarcasmo agudo que duele tanto como una daga. Detesta perder en la más mínima cosa, y es capaz de idear grandes artimañas por el simple hecho de que alguien la haya ofendido o no le caiga bien.

Comparte la impulsividad de Katherine, pero a un grado totalmente superior. Cassidy tiene un núcleo oscuro y un cierto placer en hacer el mal, es una bomba de tiempo y la principal razón de que Katherine se encuentre internada en segundo grado, ya que tiene ciertos picos preocupantes de agresividad.

Katherine es incapaz de recordar los lapsos en que Cassidy, por decirlo así, toma el control, y viceversa.

HISTORIA

Katherine nació en el seno de una familia adinerada, bien acomodada en la sociedad. Porque sí, no hay quien lo niegue, en pleno siglo veintiuno las castas siguen existiendo.

Su madre es una de aquellas mujeres conocidas como "de hierro". Señora de su casa, educada a la vieja escuela, con ideas poco ortodoxas e inamovibles que la generación anterior le había dejado. Un mujer de temer y de armas tomar, muy respetada en sociedad.

Jamás oyó una palabra de su padre biológico. La chica recordaría pensar, de niña, lo impensable que le resultaba que una persona así de frívola como su madre pudiese haber mantener una relación romántica con alguien en algún momento. Sin embargo, le guarda rencor a su padre por abandonarla, ya sea intencionalmente o no.

Fue educada desde el momento en que nació con una firme mano. Nada de lo que hacía parecía ser suficiente para su progenitora, quién situaba la vara de exigencia siempre más alto. Los pocos indicios de rebeldía que mostró en sus años menores por los malos tratos (tanto físicos como verbales, y sin verdadero fundamento) fueron firmemente silenciados por una bofetada del revés. Kat aprendió de la peor manera como debía comportarse. La enorme casa en la que vivía, aislada del resto, se convirtió en un universo que aprendió a odiar. En sociedad, todo estaba bien e incluso su madre se mostraba carismática y agradable con todos. En la privacidad del hogar, era otra historia.

Una vez que comenzó la escolarización  y pudo alejarse un poco de aquel mundo, algo hizo un click.

Descubrió lo que significaba la libertad y que era más sociable de lo que había esperado. Comenzó a convertirse en una rutina, y sin darse cuenta, su mente comenzó a agrietarse gracias a la diferencia que debía hacer; comportarse de maneras tan distintas es un gran esfuerzo para la psique de cualquiera.

Las cosas comenzaron lentamente a empeorar con los años. Su madre no disminuyó un ápice en sus exigencias, lo cual no ayudó en nada a la joven.

El primer episodio que realmente la asustó ocurrió en una fiesta ilícita, la primera de toda su vida, recién entrando a la adolescencia. Entre alcohol y otras cosas, digamos que Kat cesó de funcionar. Lo primero que recordaría sería encontrarse en una casa que no conocía al día siguiente. Aterrada, tan sólo atinó a pensar que sería un efecto del alcohol y se prometió que no volvería a pasar nunca.

Sin embargo, la situación no hizo más que empeorar. Más temprano que tarde, lagunas mentales comenzaron a aparecer. Lentamente, al principio. Luego, ya no podía recordar ciertos lapsos de tiempo; empezó a encontrarse en su habitación con cosas tales como cigarrillos, prendas de ropa que no sabía de dónde había salido y demás. Incluso, su teléfono mostraba mensajes de texto de supuestos amigos que la llamaban "Kaz" o "Cassy"

Presa del pánico, Katherine se negó a compartir con nadie sus vivencias, puesto que pensaba que podía controlarlo por cuenta propia. Pero comenzaba a notar las miradas de reojo de la gente, especialmente de sus compañeros de clase.

La gota que rebalsó el vaso ocurrió cuando, en una agresión especialmente atroz de su progenitora, la verdadera causa del problema apareció. Su otro yo se manifestó con más violencia que nunca, al punto de herir a su madre y darse a la fuga.

Kat de esto no sabe nada, pues volvió en sí dos semanas después, encontrándose en una consulta psiquiátrica: el profesional, por medio de hipnosis había logrado traer devuelta su personalidad original. Luego de pasar una noche en casa de unos amigos, fue encontrada por su madre, con quien montó otra escena que se hizo bastante pública. Viendo que su buena posición se veía perjudicada por la de su propia hija, con el consentimiento de un psiquiatra, fue internada en el asilo.

Kat todavía no termina de reconocer que tiene una segunda yo. Cassidy, por el momento, se niega a hacerlo, es demasiado egoísta como para creer que alguien más convive en su mente.

OTROS DATOS

•Cassidy es una fumadora compulsiva.
•Nadie ha preguntado por ella o venido a visitarla en lo que lleva de internación.

"O ríes o lloras"