Vuela vuela [Priv. Splendid]

Uno de los pros de estar internado era que se sentía un poco más seguro de peligros exteriores, siendo un recinto privado con guardias y demás. Se atrevía un poco más de salir a los jardines y apreciar un poco mejor el exterior, cosa que le daba pavor en su casa, la sensación de que al salir cualquiera podía hacerle daño, o por lo menos intentaba convencerse de que ese no sería el caso aquí.

Algo que extrañaba era alimentar pajaritos con su madre de niño y con eso pasaban el rato en las tardes, cuando ella no tenía que ir a trabajar. Hoy en el almuerzo aprovecho de llevarse un pedazo de pan y ahí se encontraba ahora, lanzando migas a unos gorriones lo cual era bastante relajante en ese clima otoñal y sus colores naranjas, y por Dios que le encantaba ver esas cositas gorditas andar por ahí.

Sin embargo paso el rato y Simón desapareció, pero si uno se fijaba bien ahí estaba aún en la banca con una parvada de palomas a su alrededor, hasta en su cabeza había una reposando. El cómo paso esto quizás aún no lo lograba procesar, de repente aparecieron un par de esos plumíferos y antes de que sospechara algo ya estaban todas ahí, despedazando trozos con malicia y lo peor es que el no podía dejar de mirarlas, esos ojos rojos y perdidos en la distancia lo hipnotizaban, y bien que el podría moverse y espantarlas, sí, pero estaba tan cohibido pensando que quizás podían atacarlo o ser muy bruscas que la mejor solución que vio fue voltear lentamente la cabeza y empezar a buscar a alguien cercano, a ver si alguien podría notarlo y echar una mano, ayudar, algo, a lo mejor, tal vez.

-Como buen comportamiento había logrado salir de su celda, estaba campante y feliz de ello. Llevaba su capa y su antifaz, ajá no era khaled era el maravilloso y sorprendente ¡Splendid! El héroe de todos, desde los grandes doctores, las enfermeras y claro todos los pacientes. Era hora del almuerzo pero como hace poco le habían dado algo pues realmente no tenía hambre, a esa hora siempre los pasillos están vacíos, a menos que uno que otro intrépido se escabullera y así fue como encontró a esa persona. Al principio pensó que era una estatua y que las aves estaban haciendo de las suyas como siempre, como era un hombre pacífico y de bien solo se quedó mirando, por un momento planeo en ir y asustarlas ya sabes para divertirse y después ir a salvar a verdaderas personas pero, de un momento a otro paso algo que ni siquiera podría imaginar.

– ¡La estatua se movió! –Exclamo bastante sorprendido- Oh… no – era obvio que si se movía entonces no lo era y sí no lo era entonces – Splendid al rescate –se acomodó su antifaz y dio un gran salto justo enfrente de la víctima- Fuera fuera –espanto a todas esas “horribles” bestias que pronto abandonaron el cuerpo del ajeno. Se dio la vuelta y se encontró con un joven de lentes, apenas tenía un pedacito de pan en su mano y varias migajas en la ropa y el suelo. Splendid tenía sus manos sobre sus caderas y sus piernas estaban un tanto abiertas, era su pose de héroe- Listo ciudadano, usted está servido –comentó y poco después tomo asiento a su lado-

Por un momento pensó que se iba a quedar ahí por siempre, que tendría que cambiar su identidad al hombre paloma si es que eran lo suficientemente piadosas de no comérselo a el también. Menos mal que eso no paso y de verdad alguien acudió a su socorro, eso sí, las ropas que usaba lo confundía, ¿Había algo de disfraces? O quizás era como esos que venían a ayudar a los niños vestidos de payasos, nada mas que este de super héroe.

Vio como echaba a las aves y cuando el otro hizo su pose solo lo miro algo atónito, pero aliviado al mismo tiempo creyendo que ya se había acabado todo este suceso, chistosamente no ocurrió y lo supo en cuanto su salvador se sentó a su lado.

Lo único que podía hacer era mirarlo, entre la confusión y la vergüenza no supo que hacer además de limpiarse las migas que tenía todavía encima, nervioso preguntándose si el chico quería algo mas, ¿Burlarse tal vez? No se atrevía a decir palabra alguna especialmente porque no sabía que decir, así que no tenía más que sonreírle nervioso, esperando a ver que quería.

-Se había sentado al lado del muchacho, ahora las aves estaban lo suficientemente lejos como para no volver, aunque era obvio que iban a venir si tenía pan en sus manos, soltó una pequeña risa, solo una diminuta para que el chico no se sintiera, aunque más que burla era solamente ternura porque era pequeño. Soltó un pequeño suspiro, estaban tan silencioso pero de algún modo bastante tranquilo, le fascino estar así por lo menos hasta que alguien le llamara para ir a rescatarlo. Volteaba a verlo en algunos momentos, estaba tan inmóvil que parecía una momia pero estaba decidido en terminar ese silencio que parecía bastante incómodo. Colocó su mano en el hombro- Pequeño ¿Por qué te atacaron estas aves? Por lo general son bastante tranquilas –de hecho el solía pasar algunas tardes con las aves, le gustaba darles de comer y verlas volar mientras estaba en la azotea le hacía sentirse tranquilo, sin embargo solo en algunas ocasiones puesto que tenía que estar atento a sus deberes como un buen héroe –

Oye –comentó mientras pasaba una mano enfrente del rostro ajeno – Chico estatua –pronunció algo divertido por lo que había dicho como si hubiese sido el chiste del año, hasta lo repitió una o dos veces hasta que aclaró su voz para dejar de reírse- Disculpa… -se levantó de inmediato y se puso enfrente del menor, algo preocupado por que no hablaba, respondía.- ¿No estás muerto verdad? –ladeo la cabeza colocando sus manos en sus caderas pensando en el-

Ese tipo era demasiado raro, quedándose callado y luego empezando a hablarle sin darle tiempo de responder, esto era casi como en la escuela donde si no hablaba era una criatura extraña "¿No estás muerto verdad? Uyyy si chico estatua soy tan chistoso ayyy" repetía en su cabeza molesto evitando decirlo en voz alta, y como olvidar el descaro de preguntarle que si el sabia el porqué de las palomas, esas cosas eran del mal claramente, al carajo con los cuervos como los representantes de todo lo darks cuando él nunca ha visto uno de cerca ¿Pero palomas? En todas partes dejando destrozos y mugre.

Pasaron unos segundos desde que el otro se puso frente suyo, cuando finalmente dio su respuesta que fue solo encogerse de hombros frunciendo un poco el ceño, se sentía muerto pero contaba mas el hecho real y todo eso. Pensó en pararse e irse, sin embargo estaba cómodo en esa banca y era terco, quizás el otro eventualmente se aburriría de él y se iría a tontear a otra parte, que se vaya a ser un imprudente a otro lado.

Ayyy:

-Miró determinadamente al contrario, no comprendía porque estaba tan molesto, ¿Había dicho algo malo? O tal vez el contrario solamente era un amargado horrible, hizo una pequeña mueca, le disgustaba que la gente fuera mal agradecida cuando lo salvaban. Cruzó sus brazos refunfuñando, bueno splendid a veces era algo infantil. Miró a otro lado hasta hizo un pequeño puchero- Tu Inu… -estaba a punto de decir algo cuando un intenso dolor de cabeza lo atacó, soltó un quejido y hasta se dejó caer en el suelo, esos malditos cambios- Espera… Tengo que decirle algo a la estatua –apenas si hablo un poco hasta que los quejidos se terminaron y él se quedó quieto. Después de un corto tiempo el chico volvió a ver al contrario.-

-Sonrió de lado y se hinco frente suyo, retiró el antifaz de su rostro tomo ese pedazo de pan que ya estaba en muy mal estado. De los “Súper bolsillos” de splendid saco algunos dulces y pan dulce – Toma –pronunció en un tono bastante suave y tranquilo. – Disculpa por mi comportamiento –acomodó su cabello y soltó un buen suspiro. Todo cambiaba cuando Khaled volvía a su cuerpo, su voz era más tranquila, su personalidad era calmada y pensaba más en sus palabras y acciones, era alguien, de cierta forma, más responsable. –Mis personalidades suelen ser conflictivas ¿verdad? – cuestiono mientras se apartaba del chico y regresaba a su lado en aquel banco. Recargó su espalda en el respaldo, su cuerpo dolía y no sabía porque, probablemente splendot se había metido en un problema y claro tuvo que golpear a unos cuantos y sobre todo ser golpeado – Ahhh… -volvió a suspirar, realmente que esos cambios tan duraderos eran cansados. Paso sus manos por encima de su rostro, las cuales froto un poco. –Por lo general no piensan mucho en lo que dicen y solamente hablan pensando que son la gran cosa –Los dos, de alguna forma u otra tenían una personalidad difícil- Mi nombre es Khaled, el dueño de este demacrado e inútil cuerpo –pronunció, al mismo tiempo intento estrechar la mano ajena-

Ay ♥:

Cuando el chico empezó a hablar solo y luego cambio de "personalidad" Simon creía que esto ya estaba llegando al colmo de lo incoherente y que le estaban jugando una broma bien pesada, hasta que recordó donde estaba. Duh, ahora esto le parecía hasta gracioso, como su propia estupidez podía volverlo el tipo de persona que no quería ser y solo le quedaba preguntarse como podía ser tan desconsiderado, digo, no era obvio que el otro fuera un internado pero debería esperarse tener un encuentro así, o por lo menos tener la paciencia con gente que lo descolocara, confunda o que simplemente tuviera una conducta fuera de lo normal.

No le gustaba recibir cosas de desconocidos, pero para no seguir siendo descortés recibió los dulces de todas formas y con una expresión suave se quedó escuchando al contrario, en cuanto vio como le ofreció la mano trago un poco de saliva y se aclaró la garganta.

- Simon- murmuro en un pequeño volumen de voz, correspondiéndole el gesto algo cohibido. - Perdón si, uh, moleste a...a quien haya sido. - sus palabras sin sorpresa salieron con torpeza, aunque si lo meditaba mejor quizás no debería bajar tan rápido la guardia y la broma podía seguir siendo vigente, así que lo miro a los ojos intentando buscar alguna segunda intención aun si no fuera muy fan del contacto visual.

; ):

Bueno en realidad te toco alguien bueno, malo si hubiera sido splendot, le gusta victimizar a las personas débiles y humillarlas –en realidad agradecía que le haya tocado ver al héroe porque si de un momento a otro cambiaba cuando estaba en medio de la golpiza que cara iba a poner, tendría tanta vergüenza. Suspiró alejando esos malos pensamientos de su cabeza, ahora pensaba explicarle con quien se había encontrado.- Ese era splendid y no te preocupes, no estaba molesto simplemente estaba haciendo un berrinche –estrechó la mano ajena con una sonrisa en sus labios-
Mucho gusto Simon

-Regresó a su lugar, en la posición que era tan cómoda, hasta se estiro ya que hace mucho que no salía, a pesar de que era el dueño los otros dos siempre le quitaban su tiempo –Disculpa que él te haya tratado así, en realidad es un muchacho bastante bueno pero en realidad no piensa mucho en lo que dice o hace y solamente trata de salvar a la gente –llevó sus manos detrás de su cuello soltando un suave suspiro –Pero sabes, agradezco que hiciera su berrinche porque así pude salir y eso quería, aunque como ya dije, me disculpo por todo lo que dijo –quería ser sincero con el chico porque de verdad estaba agradecido de ser libre.-

Quizás el tal "Splendid" fue algo fastidioso y probablemente se habría puesto a pelear ahí mismo si no lo dejaba tranquilo, pero este hablaba demasiado y ya no sabía que decirle aparte de disculparse, a lo mejor debía irse pero tampoco quería ser imprudente ni tenía nada más que hacer, así que tuvo la esperanza de que no se molestara con que solo asintiera a lo que iba diciendo.

Igual, que tonto y terco se podía poner el mismo con cosas minúsculas, apenándose de lo impulsivo que podía ser en lo que el otro contaba de sus personalidades y ahora en su propio silencio pensaba en mil formas en las que pudo haber lidiado con la situación. Pero daba lo mismo, ahí estaba ahora con el otro chico en una banca en el jardín ese, por lo menos no tenía un mar de palomas encima y le habían compartido dulces, a menos de que estuvieran envenenados o algo parecido.

-Eh...así que...¿Que harás ahora?- Se le ocurrió preguntar, no es que quisiera desesperadamente que se fuera ni nada parecido, pero tampoco quería que fuera el otro estuviera hablando y el con cara de tonto, ni los dos callados mirando a algún punto por ahí.